PRESENTACIÓN

En esta presentación reflejo un poquito de lo que he aprendido en este primer trayecto de un camino que expande sus horizontes. Gracias a todos por su compañía.

PROPUESTA DE INTERVENCIÓN II

Les presento la segunda versión de mi propuesta de intervención, con algunos ajustes de acuerdo con las observaciones del profesor Andrés Peláez. No es la última, ya que el propósito es continuar mejorándola…

FINAL E INICIO…

Acabo de hacer un recorrido por mi blog y los textos que escribí. Es una experiencia muy agradable el volver a marchar por ese sendero que me ha permitido elaborar reflexiones personales muy inquietantes, diría yo. Noto como al principio estaba llena de dudas y temores frente al curso y los retos que representaba; igualmente, me preocupaba la “libertad” que se tenía para trabajar y realizar las actividades, particularmente en lo relacionado con el papel del profesor. Me parece que fue hace años cuando escribí que me inquietaba el hecho de “estar acostumbrada a un profesor que “corrige”. Debo seguir, como lo ha planteado la maestría, en esta dinámica de ser autónoma y escuchar, observar, aprender de mis compañeros”.

No puedo negar que he aprendido varias cositas en el aspecto técnico: montar presentaciones en slideshare, en Youtube, utilizar Diigo –me ha sido muy útil para el curso de seminario de investigación- , crear un blog… para mí ha sido muy enriquecedor el curso en este aspecto.

He “mirado” a la profesora que habita en mí. Eso no es sencillo, pero el curso y las actividades planteadas me han ayudado a realizar esa observación, en la que he descubierto muchas debilidades y fortalezas en las que no había reparado antes. El reto es ahora como disminuir las primeras y cimentar las segundas.

He aprendido a escuchar, a través de los blogs, a mis compañeros; a valorar sus aportes en los comentarios; a maravillarme con todo lo que ellos pueden enseñarme; a preguntar y responder. Aunque no pude participar en la mayor parte de las sesiones, me sentía cerca al escucharlas al día siguiente. Los recursos permiten estar siempre atento, enterado y al día.

Leyendo mi blog me ha impactado lo que escribí sobre evaluación porque me doy cuenta de que, inconscientemente quizá, antes de evaluar no pienso en los números, si ganan o pierden. Pienso si esa forma de evaluar me mostrará lo que han aprendido, si será pertinente para los muchachos, si logrará sacar a flote lo que se ha asimilado: “A mis ojos, la evaluación adquirió una dimensión completamente nueva. Cada estudiante era un ser único”.

Para mí, DocTIC se ha caracterizado por impulsar tres asuntos importantes: la autonomía, la confianza y la reflexión. Estos procesos han sido claves en el curso y , en lo personal, he logrado avances muy importantes.  También me ha ayudado a explorar el concepto de TIC y la manera como hacen parte de nuestros ambientes -hogar, familia, colegio, universidad, trabajo- transformando  nuestra manera de pensar, nuestros procesos mentales, nuestras habilidades.

Para concluir, me cito a mí misma ya que pienso que este fragmento de una de mis últimas entradas en el blog explica lo que me deja este viaje:

Este trayecto del camino que hemos recorrido ha dejado en mí, más que preguntas, un sinnúmero de ideas sobre todo lo que puedo hacer como ser humano y como docente. Porque éste ha sido más que un curso: ha constituido para mí la posibilidad de pensar con mayor profundidad en mis prácticas pedagógicas, en mis acciones diarias como profesora(…)

¿QUÉ HA CAMBIADO?

No cabe duda que este proceso en DocTIC, la constante reflexión personal y el contacto con las ideas de los compañeros genera nuevas miradas sobre el rol como estudiante y como docente. Este trayecto del camino que hemos recorrido ha dejado en mí, más que preguntas, un sinnúmero de ideas sobre todo lo que puedo hacer como ser humano y como docente. Porque éste ha sido más que un curso: ha constituido para mí la posibilidad de pensar con mayor profundidad en mis prácticas pedagógicas, en mis acciones diarias como profesora de Inglés, en mi relación con los estudiantes; ha sido un espacio fundamental para replantearme asuntos que, con el paso de los días, dejan de parecer importantes a nuestros ojos.

El blog ha sido una herramienta de reflexión constante y de re-conocimiento de uno mismo. Gracias a la continua tarea de pensarse como sujeto, como parte de un colectivo, como estudiante y como docente, logra uno esclarecer conceptos y posiciones frente al propio ser. Y se entiende bien la tecnología como un puente, como un instrumento, como una puerta que se abre para que nos acerquemos y, en esa medida, nos comuniquemos. Stephen Downes (2008) dice que la educación es fundamentalmente un proceso de comunicación y que aunque la tecnología sufra cambios vertiginosos, nosotros seguimos siendo los mismos. Sin embargo, afirma que en la educación debe pensarse la tecnología en relación con lo que los estudiantes sienten, desean, aquello que les gusta, pues la motivación permite que los estudiantes se involucren con mayor empeño en un proceso educativo en el que interviene la tecnología.

Siento que me he obligado más a pensar en lo que significa ser humano. Ser consciente de que la tecnología, que nos rodea en este siglo y que ha venido evolucionando año tras año desde que el hombre respira en la tierra, ha sido su creación, habita sus espacios, sirve a sus fines… pero la tecnología no define al hombre. Joaquín Mortiz en su texto “La sociedad desescolarizada” dice que “El hombre clásico tramó un contexto civilizado para la perspectiva humana. Se percataba de que podía desafiar al trío destino-naturaleza-entorno, pero sólo a su propio riesgo. El hombre contemporáneo va aún más lejos; intenta crear el mundo a su semejanza, construir un entorno enteramente creado por el hombre, y descubre entonces que sólo puede hacerlo a condición de rehacerse continuamente para ajustarse a él. Debemos enfrentarnos ahora al hecho de que es el hombre mismo lo que está en juego”.

En este momento, tengo claro que me queda todo por aprender. Hay muchos programas y procesos que desconozco y que pueden mejorar mis propuestas académicas y curriculares utilizando la tecnología que se tiene a la mano. Pero lo más importante que tengo por hacer, es no dejar de reflexionar en cada paso que doy como docente, seguir escribiendo me parece vital, porque se materializa así lo que pienso, siento y vivo en el aula, compartir con mis colegas inquietudes, sueños y proyectos. Aunque existen limitaciones de tiempo, de instrumentos –computadores, programas- el colegio puede tener otras oportunidades si se da un primer paso.

LA MODERACIÓN: CON OJOS NUEVOS

LA EVALUACIÓN: ESE SENDERO TODAVÍA DESCONOCIDO

Hablar de evaluación en esta semana del curso ya implica puntos de vista que nacen de la práctica misma y que surgen de la reflexión sobre el propio trabajo y el proceso que, en lo personal, se ha tejido. Como yo lo veo, docTIC se ha caracterizado por impulsar tres cosas principalmente: autonomía, confianza y reflexión. Autonomía, ya que el estudiante trabaja a su ritmo e imprimiendo su sello particular en el blog, los textos y las participaciones. Quien hace parte de este curso sabe que debe cumplir con unas actividades pero no necesariamente en un momento determinado. Conoce los horarios de las sesiones sincrónicas, pero puede escuchar la clase posteriormente si no pudo asistir –como me ha sucedido a mí-. Siempre existe la oportunidad de ponerse al día y cumplir, sólo es necesaria la AUTONOMÍA que dirige el trabajo responsable y permite trabajar sin sentirlo como una obligación.

La confianza, porque, como lo he mencionado en otras entradas de mi blog, siento el apoyo de los profesores y los compañeros de curso. Aquí no se juzga el trabajo, se enriquece; no se corrigen productos, se amplían horizontes; no se dice: “esto no es así” sino “podría ser de otra manera”. Así, la participación se hace más fluida porque no existen los obstáculos que comúnmente se encuentran en los espacios de clase: temor, inseguridad o desmotivación.

Leyendo algunos de los recursos sugeridos, me impactó mucho la página de Gerald Grow “Teaching learners to be self-directed”. Menciona que hay cuatro etapas por las que puede pasar el profesor: 1) el profesor es autoritario y maneja el castigo. 2) el profesor es el centro del proceso, sin generar mayor motivación o aprendizaje. 3) el profesor puede desaparecer dentro del grupo y desmoralizar a sus estudiantes aceptando y valorando cualquier cosa de cualquier persona. 4) el profesor puede fallar en la orientación del proceso y dejar que los estudiantes se manejen solos sin saber realmente cómo. Reconocer qué tipo de profesor soy y cómo hacer un mejor trabajo obliga la reflexión continua y, en lo posible, objetiva. La reflexión en este curso ha sido constante. Como estudiante, me la paso pensando acerca de lo que escribo, de las respuestas que me doy a las preguntas planteadas en el curso, por los compañeros o por mí. Le doy vueltas y vueltas a ideas, asuntos y temas que surgen en las conversaciones de las sesiones sincrónicas, en la wiki o en los blogs de los compañeros. Ese proceso siempre está funcionando, como un motor que no se detiene. He aprendido a sopesar con calma cada asunto antes de ponerlo en un texto,  de emitir una opinión o de planear una clase para mis estudiantes. O simplemente haciendo una lectura. Reflexionar sobre el propio trabajo como estudiante y como docente se ha convertido en un eje de la profesión.

Finalmente, hablemos de la evaluación. A pesar de todas las lecturas, discusiones y teorías conocidas, me sigue pareciendo un asunto espinoso. Sin embargo, la evaluación en docTIC, que ha sido formativa y ha permitido que los estudiantes regulemos nuestro proceso, ha abierto puertas, indudablemente. Es que aquí la evaluación no ha sido “calificación” que son dos figuras que tendemos a confundir. Honestamente, no tengo idea de que calificaciones pueda tener y nunca me he interesado por ello en el curso. Siempre he estado pensando en responder a las actividades de manera aportante, que sirva en nuestra práctica pedagógica. Aclaro que no es que no me importe la calificación, porque reconozco que sí, pero no ha estado en el primer renglón, ni siquiera en el segundo, hasta ahora. Creo que ahí radica una fibra sensible que los docentes tenemos que re-pensar. En docTIC la evaluación se ha sentido como una orientación para cumplir con unos objetivos y tiene mucho que ver con lo que dije anteriormente en este mismo texto sobre la confianza. La manera en que se evalúa genera una sensación de “puedo hacerlo, puedo mejorarlo”.

La tecnología, en el curso, es un mediador maravilloso. Gracias a ella, puedo asistir a la clase sin estar en el día y hora señalados; puedo enterarme de las actividades pendientes; puedo revisar en detalle lo que se hizo anteriormente y regresar sobre mis pasos para afianzar conceptos o aportar nuevas ideas; puedo revisar los recursos sugeridos más de una vez o tener el tiempo para leer todo y observar todos los videos. Me ha permitido ponerme en contacto con los profesores cuantas veces lo necesite y estar segura de que obtendré una respuesta. La tecnología ha sido una herramienta fundamental para que los profesores Diego y Andrés generen en el curso principios de autonomía, confianza y reflexión. Por supuesto que, un profesor bien creativo que no tenga herramientas tecnológicas a su disposición, podría establecer esos mismos principios en una clase.

Ese es el mayor reto. Aunque mis estudiantes tienen computador y acceso a internet desde sus casas y espacios externos al colegio, al interior de la clase no contamos con ese medio. Es importante reflexionar en ello y hacer de la tecnología un apoyo externo pero motivar autonomía, confianza y reflexión tiene que ser un trabajo constante, aún si no se cuenta con tecnologías de información y comunicación.

He aprendido mucho sobre evaluación en este curso. Para empezar, he aprendido que sé muy poco de evaluación, que tengo un largo camino por recorrer con mis estudiantes en el asunto de generar autonomía, confianza y reflexión. He aprendido que estoy en la etapa del profesor que es el centro de la clase sin generar mucha participación de los estudiantes –recuerdo mi esquema y las relaciones que surgieron al respecto- y he aprendido que nuestro sistema privilegia la calificación por encima de la evaluación y uno se deja absorber por el sistema. Pero también he aprendido que hay caminos y soluciones que permiten transformaciones significativas para mí y para los estudiantes.

Sigamos reflexionando, entonces.

We try to make permanent change…

DocTIC me ha parecido hasta ahora un proyecto novedoso que, personalmente, ha cambiado muchos paradigmas en mi proceso de aprendizaje. Siento que lo individual de la participación se circunscribe sólo a lo instrumental. Realmente estás poniendo sobre la mesa tus palabras para que los compañeros las lean, interpreten y emitan su punto de vista o enriquezcan tus reflexiones. La participación en DocTIC es una manera de fortalecer la autonomía siendo conscientes de la construcción del conocimiento colectivo. Lo he mencionado anteriormente, no sabía lo que era escuchar tan atentamente al otro como ahora, porque este curso “crea conciencia” de cuan importante es la voz del compañero. Con la experiencia de estas semanas he reconocido un poco el campo: es necesario trabajar todos los días, leer siempre, observar qué recursos hay, investigar, tener en cuenta lo que ya se sabe, compartir información, estar atento a lo que te comentan, a las reflexiones personales, pensar en profundidad en las relaciones existentes entre tus ideas y aquellas que expresaron otros integrantes del curso… a veces se convierte en una ola gigantesca, que no sé cómo controlar, pero trato de llevar la nave a buen puerto. Aprender a organizar mejor mi tiempo y la información que ya tengo y que recibo diariamente se ha convertido en una tarea constante.

Hay un asunto que me sorprende desde que comencé este proceso de la Maestría y, mucho más, en este curso –igual me sucedió con el curso del profe Andrés Peláez- y es el hecho de todo lo que he aprendido sin tener clase magistral. Ya sé que hemos leído bastante al respecto y quizá a estas alturas ya debería haberme hecho a la idea, pero, honestamente, me ha conmocionado esta manera de dirigir un curso, de aprender autónomamente, de transitar con guía pero caminando solito… eso es lo que más deseo aplicar en mi propuesta de intervención; considero que lo fundamental para mis estudiantes, en su contexto, es que logren iniciar ese proceso de aprendizaje autónomo, que yo pueda emular, de alguna manera, a mis profesores de quienes tanto he aprendido hasta este momento. En el video The networked student, se afirma que el profesor “(…) almost never lectures. She is a student of conectivism.  A theory that presumes that learning occurs as part of a social network of many diverse connections and ties.” Agregan que las herramientas en sí no son tan importantes como las conexiones que hacen possibles. “Students make control  of their learning” y “It never hurts to ask.” Esto tiene que ver con lo que escribía en mi blog durante la segunda semana, refiriéndome a mi experiencia previa con un curso virtual, con el profesor Andrés Peláez: “Fue una experiencia de aprendizaje exigente, continua, con constante retroalimentación y producción”. Señalaba entonces que “la tecnología se ha convertido para mí en algo más que un recurso: es un camino, un puente que comencé a cruzar con temor a dar un paso en falso y caer en el vacío. Estoy en alguna parte de ese puente marchando ahora con mayor seguridad, pero todavía con cierta desconfianza al avanzar. Lo hago cautelosamente, sin mucha prisa ya que necesito ver todo con calma para comprenderlo y aplicarlo”. Aún estoy en ese puente, que para mí es bien largo.

De alguna manera, estaba reforzando allí lo que expresa Drexler en el video, porque se confirma la idea de que la herramienta es eso, un instrumento. El aprendizaje se logra con las relaciones en las cuales se comparte y se aprende juntos.

Me gustaría añadir que, la ilustración que acompaña esta reflexión, me gusta mucho porque me recuerda muchas cosas: todo el camino que se ha recorrido buscando lo que escribí como título: permanente cambio; la transformación evidente de los procesos participativos de los estudiantes en el ámbito académico; la imagen clásica del profesor que «dicta clase» y la imagen de este modelo de profesor que he encontrado en la UPB que abre la puerta para que comiences a reconocer el terreno. No hay que olvidar el pasado, pero tenemos que vivir el presente y mirar hacia el futuro.

LA TECNOLOGÍA Y SU IMPACTO EN EL ENTORNO.

Las preguntas planteadas en el curso son demasiado importantes para mí, así que, por esta vez, deseo responder a un par de ellas específicamente, reflexionando cada palabra. El motivo es muy simple: esto se vincula estrechamente con mi proyecto de investigación en la Maestría y será un espacio interesante de conversación acerca del asunto.

1.¿cuál es el nivel del impacto de la tecnología en mi espacio educativo?

En la I.E. Villa Flora, institución de educación pública donde trabajo, se evidencia un alto impacto de la tecnología en profesores y estudiantes; pero no la tecnología al servicio de la educación formal, sino la tecnología que se vincula a la cotidianidad en la comunicación, en la información, en las relaciones sociales, en la diversión. Los computadores del colegio son «víctimas» de dos enemigos: el tiempo -la tecnología evoluciona cada día y el municipio de Medellín no realiza actualización constante de los equipos- y algunos estudiantes que maltratan el hardware -los rayan, se llevan el mouse, entre otras cosas- así que los computadores del colegio no siempre son vistos precisamente como instrumentos para el aprendizaje.

2.¿Se dan cambios en la forma en que se concibe el conocimiento? ¿Tiene que ver con los medios con los que se aprende? ¿Con la forma cómo se aprende?

En mi entorno de trabajo se han dado muchos cambios. Llevo ocho años como docente  en este colegio y he sido testigo de cómo se ha acentuado el uso de TIC por parte de estudiantes y profesores. Y sí, la concepción del conocimiento se transforma pero, en apariencia, no a través del currículo propiamente, sino de lo que cada sujeto recibe y elabora, con las TIC que utiliza y con su relación personal con esas tecnologías. Sin embargo, eso puede sonar a hipótesis. De hecho, lo que me cuestiona y constituye mi problema de investigación es identificar esas concepciones que tienen sobre las TIC tanto profesores como estudiantes del colegio. Los hallazgos seguramente darán muchas claridades a esas inquietudes.

Nicholas Carr en su artículo Is Google making us stupid? expresa que «(…) Thanks to the ubiquity of text on the Internet, not to mention the popularity of text-messaging on cell phones, we may well be reading more today than we did in the 1970s or 1980s, when television was our medium of choice. But it’s a different kind of reading, and behind it lies a different kind of thinking—perhaps even a new sense of the self. » Estoy de acuerdo: las TIC y la manera como hacen parte de nuestros ambientes -hogar, familia, colegio, universidad, trabajo- transforman nuestra manera de pensar, nuestros procesos mentales, nuestras habilidades. Eso, por supuesto, cambia también la manera en que nos relacionamos con los demás y nuestra forma de vernos a nosotros mismos. Cambios que demuestran un impacto tan profundo de la tecnología, que muchos desearían evadirlo y evitarlo.

PROPUESTA DE INTERVENCIÓN

El inicio del camino… una primera propuesta de intervención.


RED EN EL AULA DE CLASE

¡El ejercicio ha sido muy ilustrativo! No niego que he pensado muchísimo en ello, pero verlo así, gráficamente, resulta bastante particular. De todas maneras, esta es mi versión de los hechos.

¿Qué veo? Bueno, que entre los estudiantes y yo hay comunicación, pero no de una manera personalizada. En los grupos de clase hay subgrupos que casi siempre son los mismos equipos de trabajo. En cada subgrupo hay uno que siempre es el que pregunta inquietudes o participa. Los demás permanecen alejados del profesor. Hay subgrupos de estudiantes que hablan entre ellos y comunican sus preguntas preferiblemente a otros estudiantes y no al profesor directamente. Existen estudiantes que siempre están solos, comunican sus ideas de vez en cuando, o jamás lo hacen.

Algunos de los estudiantes son muy cercanos al profesor: los que participan, se ríen con él, charlan, colaboran en clase, cuentan sucesos de sus compañeros, preguntan incansablemente…

Veo que en mi diagrama, el profesor -es decir, yo-  es el tradicional. Genera información y los alumnos la reciben. Algunos producen ciertas comunicaciones con el docente, pero la mayoría es entre ellos mismos, lo cual es positivo teniendo en cuenta que puede existir un nivel de construcción de aprendizaje colaborativo. No se utilizan mucha tecnología en las clases, aparte de una grabadora para trabajar textos de audio en algunas actividades. Lo usual son: tablero y cuadernos. Cada quien tiene inclinacíon por unos u otros, ya que algunos disfrutan las actividades orales, pero no todos. Muchos detestan tener que estar escribiendo de un tablero, y los cuadernos no son utilizados por muchos de los estudiantes, sobre todo cuando yo nunca los reviso, porque me parece inútil en grupos de 9º a 11º. Por eso los cuadernos están lejos de mí en el diagrama.

El dibujo que hice quizá es complicado para los lectores de mi blog, pero yo lo veo bastante claro. ¡Vaya! Interesante… Tengo demasiadas cosas por pensar, analizar y aprender. ¡Cuántas relaciones pueden generarse en el aula e incidir en los procesos educativos!

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